Cuando te jubilas y llegas a romper el cordón que te ata a este entorno al que has dedicado tu vida, tus noches, tus sábados y domingos, te viene el duelo, ese sentimiento de pérdida irreemplazable. Es dolor y tristeza por la pérdida de lo que era para mi la vida.
Me queda la satisfacción de haber sido una maestra que miraba al futuro, que ha dado lo último a mis alumnos, en proyectos, en metodologías y en tecnologías (siempre pensando en los procesos). Me han publicado como BUENAS PRÁCTICAS EDUCATIVAS. incluso este blog obtuvo el sello de BP nacional y regional.
Fui Responsable de Medios Informáticos 12 años y formé a mis compañeros en el uso de las primeras pizarras digitales y de las actuales PDI, de las que conseguí 2 para mi centro (con un proyecto que hice en el mes de agosto a la Consejería de Educación), una para la clase de Conchi y otra para la mía. Con el proyecto nos comprometimos a utilizarla en todas sus posibilidades didácticas.
Hoy tenemos todos los recursos didácticos pero un problema global: el cambio climático y a él dedicamos el último proyecto europeo. Se ha considerado BUENAS PRÁCTICAS y está seleccionado entre los proyectos que optan a los Premios Nacionales Etwinning 2020, además de haber recibido el Sello Nacional de Calidad y el Sello Europeo. Así pues dejo mi profesión con duelo y a la vez con la satisfacción del trabajo bien hecho, aunque la pandemia me rompió el buen ritmo. Mi agradecimiento a todos los que me han acompañado en este recorrido.