Pero reflexionando sobre el tiempo, no hay un día. Son todos y cada uno de los días los que caen entre nuestras manos un libro, unas veces para contar, otras para leer, otras para estudiar, a veces para buscar información o para ojear y ver su contenido. Estamos en la era del conocimiento y la comunicación, entre redes y móviles, pendientes del WS o de las novedades de tecnología y el tiempo hay que repartirlo pues aunque hay más recursos, el día sigue teniendo las mismas horas. Se trata de seleccionar y de elegir.
Libros hermosos como los cuentos de antaño, como los de poemas y canciones infantiles, como las ediciones de lujo del Príncipe y la golondrina, como Arturo y Clementina, como tantos y tantos que hemos leído y releído tantas veces las maestras a nuestros alumnos y que en cada lectura nos vuelven a llenar y a dejar una gran sonrisa de satisfacción. Y eso significa que los disfrutamos, pues para eso son, para disfrutar.
¡¡¡Felices días de los libros!!!
Visitamos cada semana la biblioteca del centro para leer un cuento y dialogar sobre su contenido. El trabajo dialógico es muy importante pues supone el desarrollo de la empatía, trasladar una situación y compararla con la de cada uno, enjuiciar lo que está bien y lo que no, opinar y rebatir, justificar o condenar una actuación o situación. y eso es desarrollo personal y social, significa madurar como personas, tener criterio propio. Aprender y enseñar en comunidad, unos a otros.