
Hoy (9 de abril) he vuelto a las Aulas Hospitalarias de la
Arrixaca. Tras las vacaciones de Semana Santa y Fiestas de Primavera de Murcia,
no sabía cuanto alumnado había ni de qué tipo. Ha sido un día inesperado.

Empiezas tomando contacto con los maestros y maestras de las
AA. HH. y pasas al aula a esperar a esas impresionantes situaciones familiares, a las
ansiedades, las negaciones, los sueños truncados, a esas vivencias y
experiencias impuestas y no deseadas que afrontan sus hijos; además intentas
colaborar con las compañeras que día tras día van afrontando tantas y tantas
emociones, personalizaciones, individualizaciones, socializaciones, y demás
palabrotas que plasmamos en tantos y tantos documentos.
Y es que estas palabrotas, en las Aulas de la Arrixaca se
diluyen, cobran tanta fortaleza significativa que no significan lo mismo que
antes. Es el caso de Francisco, de Salvador o de Paula. Y cada uno es especial.
No sé si lo podré comunicar, pero todo esto impresiona de
tal manera que te vincula, te crea lazos y compromisos que no puedes romper.

Una situación: un alumno que asiste en tiempo ordinario a un
centro X que (como la mayoría) sacrifica la felicidad de los niños a cambio de
deberes y notas de bachiller en primaria, poco acorde con las necesidades del
alumnado. Dicho alumno comentaba a la maestra el día anterior que no le gustaba
la escuela, y que no iba a ir al aula. Cuando estaba realizando su trabajo dijo
que estaba muy a gusto: “esta escuela me gusta; ayer estaba desubicado y hoy
estoy orientado, por eso no me quiero ir de este cole” (le habían dado el alta hospitalaria y quería seguir con nosotros disfrutando de su autorretrato). Así que le dije: "¡Qué alegría cariño, eres un bombón; un abrazo!" y compartimos nuestras emociones positivas.

A partir de las dos fueron a terminar el trabajo los que no lo habían hecho por dolencias y malestar. Y en esto, una alumna mayor decía “Por qué en el colegio llevamos libros de plástica, esto es más creativo”. Más tarde ha ido el padre de una alumna a ver la actividad, pues su hija le ha insistido en que tenía que volver y terminarla.
En definitiva, una experiencia particular, especial, que nos llena de incertidumbre y preocupación antes de comenzarla, y de alegría y satisfacción al terminarla.


Un abrazo a todos los niños y niñas que visitan estas aulas (y a sus padres) , y mi admiración y reconocimiento a los profesionales que hacen posibles las Aulas Hospitalarias.

Empezamos explicando qué es un autorretrato, lo que queríamos hacer esta mañana, lo que íbamos a utilizar (cámara de fotos, software Portable FotoSketcher, el reductor FotoSize, imagen y fotocopia en transparencia y recorte de partes, vaciando, para estampar con esponjas pinturas de distintos colores). Mientras reducíamos las fotos para visionarlas adecuadamente en FotoSketcher les pedimos que se dibujaran como ellos se veían. Después manejaron el Software y variaron los parámetros hasta obtener un dibujo que guardaron e imprimimos; sobre él se hizo el retrato tipo Warhol.
Así quedaron, y se llevaron las plantillas para hacer más en su casa.
Una experiencia que gustó a mayores y a pequeños.
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